No me lo puedo creer

EL PROCESO DE SUPERAR LA INCREDULIDAD Y PODER AVANZAR

La incredulidad es un estado cognitivo-mental en el cual nos encontramos bloqueados y/o atrapados debido a que vivimos una situación que etiquetamos como difícil de comprender, profundamente dolorosa, imposible de suceder o moralmente inaceptable,  y además, ante esta situación, nos vemos incapaces de sobrellevarlo, gestionarlo, poder solucionarlo, o aceptarlo. Casi nada!

Debo indicarte que estamos bajo cientos de incredulidades en nuestra vida y que detrás de un proceso de incredulidad, siempre hay un duelo.

Estos estados de “no me puedo creer, me cuesta entender, comprender o no sé cómo aceptar” se reflejan y se sientes como : 

  • Estado de bloqueo cognitivo
  • Lucha interna y/o externa
  • Desgaste energético, cansancio físico y mental
  • Creencias limitantes sobre mi capacidad personal
  • No hay posibilidad de avance
  • Rigidez mental, bucle mental, conversación monotemática.
  • Sufrimiento
  • Duelo bloqueado, etc.

Existen varias fórmulas para que puedas trascender tus incredulidades:

1. Cambiar creencias limitantes

2. Elegir la aceptación 

3. Desarrollar la tolerancia 

4. Cultivar la compasión

1. Cambiar tus creencias limitantes aplicaría para cualquier situación de incredulidad en la que estemos. En realidad, cambiar las creencias que te bloquean y entorpecen ayuda en cualquier proceso vital donde te sientas frustrado, bloqueado o limitado. 

Ejemplo: Te ha vuelto a dejar tu tercer novio. Eso es difícil de digerir. Por lo tanto, deberías cambiar creencias inconscientes relacionadas con: Repetir patrones familiares referentes a parejas, creencias sociales sobre las relaciones amorosas o tus propias creencias subconscientes sobre tu concepto y entendimiento de las relaciones en sí, etc

2. La no aceptación lleva a un estado de paralización. Es como un contrato encima de tu mesa pendiente de firmar y cada vez que lo miras te dices: “No no no”. 

Estar en aceptación siempre genera una gran liberación interna y recarga energéticamente, puesto que paras esa lucha externa o interna de no querer o no poder aceptar las cosas que generalmente están fuera de tu control. 

Aceptar lo sucedido te permite transformar el parloteo mental, cambiar tu enfoque y avanzar!

La aceptación es esencial ante la pérdida de un familiar , una mascota, un trabajo, un abandono, una amistad, una pareja, una traición, etc.

Ejemplo: Ha fallecido tu perrito que llevaba 10 años junto a ti y se te hace inmensa esa pérdida. Aceptar que estarás sola a partir de ahora y que no volverás a verle es un hecho de magnitudes inmensas para ti. El proceso o acto de aceptar la muerte como una transformación natural de la existencia, habla de tu conexión a un sentido mayor de nuestras vidas y por lo tanto de toda vida existente en el planeta.(Ver procesos del duelo)

3. La tolerancia es un estado mental de apertura hacia el otro, es una actitud que fomenta admitir distintas maneras de pensar a la nuestra. 

Respetar las opiniones, ideas, creencias y prácticas que no coinciden con las propias o que incluso son contrarias, y abrazar esa diferencia, te ayuda a deshacer la incredulidad ante todo lo que el otro hace, dice o piensa.

Practicar la tolerancia siempre beneficiará el parloteo mental y mejorará tu nivel de energía vital. Es decir, cuando somos tolerantes con nuestro entorno dejamos de luchar por cambiar a los demás, dejamos de imponer nuestros criterios, bajamos nuestros niveles de intransigencia, obstinación, terquedad, paramos de juzgar al otro en base a nuestras propias creencias y por lo tanto, no hay desgaste en acciones, palabras y pensamientos. Permaneces en un estado mucho más neutral, que te ayuda a tener claridad mental, enfocarte más en ti mismo y gozar de mayor vitalidad.

Ejemplo: Mi madre no me quiso, me trató con mucho desamor… pero, ¿Cómo fue criada y tratada ella de niña? ¿Eran sus padres y familiares amorosos? ¿Sabe tu mamá lo que es amar o se lo han enseñado alguna vez? ¿Cómo se ha enseñado y transmitido el amor en todas las generaciones de tu árbol? Si ella no pudo aprender a amar, ¿Cómo será capaz de entregarlo?

En momentos de incredulidad ante lo que el otro está haciendo, son importantes varios puntos: 

  • – Mantener la calma 
  • – Educar al ego
  • – Ser consciente de las predisposiciones internas que tienes 
  • Y abrirte a cambiar de opinión

4. La compasión, entendida como la comprensión del otro, es la percepción de “lo que vive y hace el otro”, desde cuánta inconsciencia o momento de dificultad habla o actúa la otra persona, y el deseo de colaborar o ayudarle.

La compasión mal entendida muestra debilidad, sumisión, lástima y compadecerse por los demás. Está asociada al sufrimiento.

Así pues conocer los motivos que llevan a alguien a pensar o actuar de una determinada manera nos ayuda a deshacer lo que nos cuesta creer o aceptar de sus actos.

Al mirar al otro así ( ponernos sus zapatos diríamos coloquialmente ) comprendemos el porqué de sus acciones y en ese momento no hay incredulidad posible que nos bloquee y paralice. Es más, evocaremos sentimientos de calidez y de amor.

Es muy importante diferenciar entre compasión y lástima:

  • Una persona compasiva conecta, entiende y comprende al otro, se pone en su lugar. Desde ahí, es imposible juzgar, solo aceptar.
  • En cambio quien siente lástima sufre, fomenta la culpa y deberá gestionar la tensión interna que provoca la confrontación, además del desgaste energético vital que dicha confrontación con el otro implica.

Si deseas mejorar tu estado compasivo será adecuado que te plantees lo siguiente: 

  1. Percibir las emociones del otro que generalmente suelen estar ocultas 
  2. Empezar por tu propia compasión, asumir tu dolor, negar la autocompasión, superar tus propios sufrimientos 
  3. Y lo más importante, darte cuenta que actuamos generalmente desde nuestros propios miedos, carencias y limitaciones.

Sé que todo esto implica un trabajo personal y mucha autobservacion, por ello te invito a ejercitar éstas cualidades (que son inherentes en ti) y así avanzar más fácilmente en tus procesos vitales.

Salgámonos del papel y tomemos perspectiva! 

 

Viviendo el Duelo como un Puzzle

Viviendo el duelo como un puzzle y las etapas del duelo

Recientemente han llegado a mi consulta privada dos casos de pérdidas (*) con un objetivo común: Pasar del dolor a la aceptación. Mis pacientes llegaron sufriendo pérdidas recientes, luchando y buscando la fórmula para escapar del duelo, a ser posible, ayer mismo.

Y ciertamente, nadie desea pasar por un duelo, puesto que un duelo se “cree” algo insufrible, largo, solitario e incomprendido.

A veces los duelos son procesos vitales que nos hacen perder el rumbo y nos aíslan. Los sentimos como algo agresivo, oscuro y sobre todo, no están acotados en el tiempo. Esto crea una enorme ansiedad por cómo pueda ser, o más bien, por como pueda yo afrontar la vivencia de ese “futuro duelo”, provocando que en ocasiones, se viva mucho peor la incertidumbre sobre la duración que tendrá el duelo, que la profundidad del duelo en sí.

Mi deseo es exponer otra visión basada en la experiencia y, por tanto, en la realidad -otra realidad- sobre si el duelo debe ser obligatoriamente vivido desde el sufrimiento, como una vivencia larga, solitaria, llena de incomprensión, oscura e indefinida.

El proceso del duelo

Para entender el proceso del duelo, debemos saber que está dividido en 5 etapas:

1ra. Negación.
2da. Ira.
3ra. Negociación.
4ta. Tristeza.
5ta. Aceptación.

El proceso del duelo pasa por todas ellas, sin que tengan que ser de igual duración o intensidad.

Los duelos siempre conllevan un crecimiento, por lo que Duelo y Crecimiento Personal son por tanto inseparables. Gracias a este hecho, la experiencia de todos los procesos y vivencias que lleva consigo el duelo puede vivirse de una forma consciente, permitiéndonos experimentar/vivenciar cada una de las fases del mismo de una manera más constructiva, más enriquecedora y sobre todo, con mucho más sentido, al encontrar innumerables respuestas a todas las preguntas que surgen en esos momentos tan difíciles de nuestra vida.

Los hechos que nos ocurren a diario no son ni malos ni buenos. Dependiendo de cómo los deseemos experimentar, con sufrimiento o con alegría, los enmarcaremos para que se conviertan en procesos limitantes o capacitantes. Partiendo de la premisa de que todo llega a nuestra vida como un aprendizaje, el duelo se convierte en el gran maestro de los aprendizajes de la vida, en la gran oportunidad de autonococerse, aceptarse y amarse con todo lo que uno es.

Teniendo ya conocimiento de que pasaremos por todas esas etapas durante nuestro duelo, podemos por tanto elegir cómo deseamos experimentarlo, sin importarnos tanto su duración y dolor. Esto es lo que yo llamo “el Puzzle del Duelo”.

Viviremos el montaje de un puzzle de 5000 piezas frente a nosotros. Ese gran puzzle nos aterra por el reto de su dificultad pero a la vez nos fascina por su regalo final. Nos hipnotiza por la complejidad del mismo y nos enseña a través del entendimiento (posición única de cada una de sus piezas), con la finalidad de encontrar el sentido a la fotografía final.

Habrá días que nos supere, otros que nos sintamos inspirados y energéticos para colocar las piezas, otros que simplemente nos sentemos frente a él y lo miremos ensimismados… pero sabemos que ese regalo final llegará tarde o temprano: el sentimiento de recompensa por el trabajo bien hecho que nos impulsará día a día a seguir colocando una a una las piezas.

Al vivir el duelo con consciencia, las etapas del mismo vienen cada una de ellas con un mensaje, con su propio mensaje. Vienen con un “saber cada día más quien soy y cómo elijo sentirme”. Vienen con un “ahora entiendo”. Vienen con un “gracias”.

Autoconocimiento, esa es la pieza clave del proceso de duelo vivido en consciencia, que no es más que una profunda transformación interna.

Ya no hay tanta prisa por salir de él puesto que comprendemos cada paso que dimos, damos y el porqué de los que daremos conscientemente. Ya no hay sufrimiento porque no jugamos al victimismo, al aislamiento y a la incomprensión sin sentido. Ya tenemos un rumbo que seguir.

Ese puzzle que nos aterra, nos abre en realidad una puerta única para ser, al terminarlo, personas completamente distintas. Personas que habremos crecido con cada pieza que hayamos ido colocando, entendiendo porque cada una debía ir solamente en una posición concreta. En conclusión, ese puzzle es sin duda el más emocionantemente aterrador y enriquecedor juego de crecimiento personal que nos presentará la vida.

puzle

*Entendemos como pérdida una ruptura, el fallecimiento de un ser cercano, un despido laboral, un desahucio, una traición, etc.

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