Navegando la Vida Diaria con No Juicio, Neutralidad y Presencia: Un Enfoque Práctico y Holístico

No Juicio, Neutralidad y Presencia

En el bullicio de la vida cotidiana, encontrar un equilibrio emocional puede parecer un desafío insuperable. Sin embargo, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia ofrece herramientas concretas y científicamente respaldadas para mejorar la calidad de vida, incluso para aquellos que no son asiduos meditadores o introspectivos.

La ausencia de juicio implica liberarse de preconcepciones y evaluaciones automáticas, permitiendo una perspectiva más abierta y compasiva hacia los demás y uno mismo. La neutralidad, por su parte, nos invita a ser observadores imparciales de nuestras emociones y pensamientos, fomentando una respuesta más equilibrada a las situaciones de la vida.

Me dirás que te resultan, cuanto menos complicadas, dichas prácticas. Si, lo escucho a diario a pacientes y alumnos. Pero ante eso existe una gran aliado: La práctica.

En uno de mis viajes a Palma de Mallorca recuerdo atender a Armin, un chico Alemán que “huía” de convertirse en una persona tan crítica como lo había sido su madre (quizá te resulte familiar). A través de ejercicios que le ayudaron a cambiar patrones heredados y creencias limitantes, Armin, con mucha intriga y diversión, se puso a practicar la neutralidad y el no juicio. Después de simplemente 10 días de práctica sus palabras fueron “No sé cómo he podido gestionar mi vida antes sin esta nueva perspectiva que tomo ahora”

Numerosos estudios respaldan los beneficios del no juicio y la neutralidad en la salud mental, reduciendo el estrés y la ansiedad. Además, la presencia, o la capacidad de estar plenamente en el momento presente, ha demostrado fortalecer la resiliencia emocional y mejorar la concentración.

Aplicar estos principios de manera práctica implica, por ejemplo:

“Tomar pausas breves durante el día para respirar conscientemente y observar nuestros pensamientos sin juzgarlos.”

La implementación de estos hábitos simples pero poderosos transforma la experiencia diaria, mejorando la gestión del estrés y fomentando relaciones más saludables.

Desde una perspectiva holística, estas prácticas no solo benefician la salud mental, sino que también contribuyen al bienestar espiritual. Al adoptar una actitud de no juicio, neutralidad y presencia, se crea un espacio para el crecimiento personal y la conexión con dimensiones más profundas de uno mismo, de la existencia y de nuestra verdadera naturaleza energética.

En la búsqueda de  mejoras emocionales, estas prácticas se han integrado en enfoques terapéuticos contemporáneos, como la terapia cognitiva-conductual, respiraciones, terapia integrativa subconsciente y el mindfulness. Los terapeutas que incorporamos estos principios ofrecemos herramientas adicionales para enfrentar los desafíos diarios, saboteo emocional y promover una transformación positiva, profunda y permanente en el tiempo.

Para aquellos que buscan información práctica y científicamente respaldada, estos principios se presentan como una valiosa alternativa, accesible para todos. En el mundo de terapias la inclusión de estas prácticas es un factor diferenciador para aquellos que desean abordar sus problemas desde un enfoque integral y efectivo.

La práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia no solo es beneficioso para la salud mental, sino que también abre puertas hacia una vida más plena y significativa. Al adoptar estos principios de manera práctica y constante, incluso aquellos menos familiarizados con la meditación o la introspección experimentarán mejoras notables en su bienestar emocional y espiritual.

En la encrucijada de la vida moderna, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia emerge como un faro de serenidad y transformación.

Con más de una década de experiencia, mis sesiones de terapia holística fusionan la efectividad comprobada con la simplicidad en las prácticas, guiándote hacia una transformación profunda y duradera. No solo te embarcarás en un viaje hacia el equilibrio interior, sino que también encontrarás la clave para una vida plena y significativa ¿A qué esperas?

Ejercicio con tu niña interior

Niña interior

Carl Gustav Jung, un influyente psicólogo suizo, introdujo la idea de que la psique está compuesta por diversas partes, y una de ellas es el “niño interior”

El concepto de “niño interior” en psicología jungiana se refiere a una parte de la psique humana que representa la experiencia y la expresión de la infancia dentro de la psique de un adulto.

El niño interior no se refiere simplemente a la edad cronológica de la infancia, sino más bien a las experiencias emocionales, las heridas, las alegrías y los patrones de comportamiento que se formaron durante la infancia y que aún tienen un impacto en la vida del individuo adulto. Estas experiencias pueden ser tanto positivas como negativas y pueden influir en la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás.

Algunas características asociadas con el niño interior pueden incluir la espontaneidad, la creatividad, la curiosidad, pero también pueden surgir aspectos más vulnerables o heridos que puedan necesitar atención y curación. La idea es que reconociendo y conectando conscientemente con el niño interior, una persona puede comprender mejor sus patrones de comportamiento, superar traumas no resueltos y trabajar hacia la integración y el equilibrio psicológico.

Cada día aplico técnicas en mis sesiones para explorar y trabajar con el niño interior.

Estos procedimientos de terapia implican trabajar con:

  • La imaginación activa: Como medio de conexión con el niño.

  • El diálogo interno para darnos recursos a nosotros mismos desde el entendimiento actual de la vida

  • La introspección: Como medio de conocimiento y por tanto de aplicar las habilidades adecuadamente.

  • Regresión a la infancia: Que facilita la vivencia y así poder abordarla con herramientas más constructivas.

Estos enfoques buscan ayudar a mis consultantes y alumnos a sanar heridas emocionales, liberar bloqueos emocionales, experiencias traumáticas, creencias limitantes y desarrollar una conexión más consciente, estable y saludable con su niño interior.

Problemas derivados de no estar en conexión con el niño interior

La desconexión con tu niño interno dará lugar a problemas psicológicos y emocionales muy comunes, como:

  • Bloqueo emocional: Si una persona no está conectada con su niño interior, tendrá dificultades para expresar y comprender sus propias emociones,  lo que se traduce en bloqueos emocionales, donde existen emociones no procesadas o reprimidas que afectan la salud mental.
  • Patrones de comportamiento repetitivos: Los patrones de comportamiento formados durante la infancia persisten en la vida adulta. Sin conexión con el niño interior, se repiten patrones disfuncionales, sin ser consciente uno de ello.
  • Falta de autenticidad: Sin la conexión con el niño interior se está desconectado de nuestras necesidades, deseos y autenticidad emocional, y podemos sentirnos perdidos o insatisfechos en la vida.
  • Dificultades en las relaciones: Cuando falta una buena conexión con nuestro niño, manifestaremos patrones de relaciones poco saludables, dificultades para establecer límites o dificultades para confiar en los demás.
  • Falta de creatividad y juego: Doy gran énfasis en mis sesiones a “poner tiempo y foco en la creatividad ya que el niño interior está totalmente asociado con ella, con la imaginación, ingenio para solucionar problemas y la capacidad de juego. La desconexión de estas cualidades llevará a una sensación de estancamiento en la vida y la pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades lúdicas. Asi que no olvides desarrollar y practicar actividades creativas “a diario”!
  • Problemas de autoestima: La autoexploración y la aceptación de las partes vulnerables de uno mismo son esenciales para construir una sólida autoestima, y cuando hacemos trabajo con nuestro niño tomamos consciencia de esas partes para fortalecerlas o sanarlas.

Ejercicio con tu niña interior:

La visualización con el niño interior es una técnica utilizada en terapia y desarrollo personal para reconectar con aspectos emocionales y experiencias de la infancia.

Este ejercicio te ayudará a explorar y comprender mejor tus emociones, así como a fortalecer la conexión emocional contigo mismo. Puedes repetir este ejercicio tanto como lo sientas necesario y ajustarlo según tus necesidades específicas.

  1. Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.

  2. Respira profundamente: Inhala profundamente por la nariz, retén el aliento por un momento y exhala lentamente por la boca. Repite este proceso varias veces hasta que te sientas relajado.

  3. Visualiza un lugar seguro: y tranquilo, como un jardín, una playa, una nube, un bosque… donde te sientas calmada y segura.

  4. Pídele a tu niña interior que te acompañe: Imagina que aparece tu niña, tal vez de 4, 5 ó 6 años. Cualquier edad que llegue es perfecta. Visualiza qué ropa lleva y cómo se siente.

  5. Establece una conexión con ella: Acércate a ella con cariño y amor. Puedes hablarla, abrazarla o simplemente estar presente. Observa sus expresiones y gestos, y permítete sentir emociones asociadas. Estas en un lugar seguro.

  6. Conversación:

  • Comienza diciéndole como la admiras por todo lo que ha sido capaz de hacer.

  • Explícale que tu siempre estás a su lado.

  • Dile lo mucho que la amas.

  • Ofrécele apoyo, comprensión y amor.

  • Asegúrale que estás allí para ella.

  • Agradécele su presencia y la conexión hoy contigo.

  • Dile que vendrás más a menudo y despídete de ella.

  1. Abre los ojos: Cuando te sientas listo y regresa al momento presente.

Considero que la terapia del niño interior es esencial para abordar heridas emocionales y promover el crecimiento personal.

Trabajar en esta conexión mejora notablemente la salud mental, fortalece las relaciones y promueve un sentido profundo de equilibrio interno.

Confío esta información te haya sido de gran ayuda y te invito a comentarme tus experiencias al respecto.

Cómo practicar la gratitud

La gratitud

La gratitud es un sentimiento de aprecio y reconocimiento hacia algo o alguien. Es una actitud positiva que implica reconocer y valorar las cosas buenas que recibimos, ya sea tangible o intangible, así como las acciones, favores, amabilidad, generosidad o cualquier otro acto positivo realizado por los demás.

Lo maravilloso de la gratitud es que  puede manifestarse en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluyendo las relaciones personales, el trabajo, la salud, los logros, la naturaleza y muchas otras áreas! 

Pero lo más importante es que, al practicar la gratitud, estamos centrando nuestra atención en lo positivo y en lo que tenemos, en lugar de enfocarnos en lo negativo o en lo que nos falta. Y este es un ejercicio potentísimo de reprogramación mental.

Está científicamente comprobado que practicar la gratitud regularmente produce numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar. Algunos de ellos son:

  • Mejora nuestro estado de ánimo

  • Reduce el estrés

  • Mejora la calma mental

  • Fortalece nuestras relaciones

  • Aumenta la resiliencia  (capacidad de enfrentar las adversidades de la vida)

  • Nos ancla en la presencia y el presente (puesto que solo se puede practicar la gratitud desde el ahora)

  • Mejorar nuestra perspectiva general de la vida, etc.

Es una poderosa herramienta para cultivar el bienestar y la felicidad en nuestra vida diaria.

Cómo transforma la gratitud nuestro cerebro

La práctica regular de la gratitud sin lugar a dudas tiene un gran impacto positivo en nuestro cerebro. Principalmente se producen cambios en las regiones cerebrales y en los procesos cognitivos que pueden influir en nuestra salud mental y bienestar. Aquí hay algunas formas en las que la gratitud puede transformar nuestro cerebro:

  • Activación de áreas cerebrales positivas: La gratitud activa regiones cerebrales asociadas con emociones positivas, como el córtex prefrontal medial y la corteza cingulada anterior. Estas áreas están relacionadas con la regulación emocional, la empatía y la conexión social.
  • Aumento de la producción de neurotransmisores: C omo la dopamina y la serotonina, que están relacionados con la sensación de bienestar y felicidad.
  • Reducción del estrés y la ansiedad: Disminuye la actividad en la amígdala, una región cerebral relacionada con el procesamiento del miedo y la respuesta al estrés.
  • Mejora de la resiliencia: Al promover un enfoque positivo, aumenta la capacidad de encontrar aspectos positivos en situaciones desafiantes y aumentar la capacidad de recuperación.
  • Cambios en la percepción de las experiencias: Nuestro cerebro se adapta a buscar y reconocer las cosas positivas en nuestras vidas. Lo que cambia percepción y entendimiento de lo que vivimos.
  • Mejora de las relaciones sociales: La gratitud fomenta la apertura hacia los demás y fortalece los vínculos sociales. Al expresar gratitud hacia los demás, se fortalecen las conexiones sociales y se crea un ambiente más positivo, lo cual tiene un impacto beneficioso en nuestro bienestar emocional.

Es importante tener en cuenta que estos efectos pueden variar de una persona a otra y que la gratitud no es una solución mágica para todos los desafíos mentales y emocionales.

7 ejemplos prácticos de crear la gratitud como un habito

Si lo que deseas es empezar a practicar la gratitud, hay varias formas en las que podemos fomentar, mejorar e incrementar el sentimiento de gratitud en nuestras vidas. 

Aquí tienes siete ejemplos prácticos de cómo convertirlo en un hábito:

  • Practica la reflexión diaria: Tómate unos minutos al final del día para reflexionar sobre las cosas positivas que sucedieron. Agradece por los momentos, logros, experiencias o personas que te hicieron sentir bien. Puedes llevar un diario de gratitud y anotar al menos cinco cosas por las que te sientas agradecido cada día. Este ejercicio del cuaderno de gratitud es uno de los mas efectivos y que llevo años enseñando en mis talleres. Ayuda a cambiar tu enfoque de manera contundente y también cambia tu realidad donde comienzas a experimentar y ver mas gratitud en tu vida.
  • Expresa tu gratitud: No te quedes solo con el sentimiento de gratitud, exprésalo. Toma el tiempo para agradecer sinceramente a las personas o hacia aquello que sientes que te han ayudado o han tenido un impacto positivo en tu vida. Puedes hacerlo verbalmente, por escrito o incluso mediante pequeños gestos de aprecio.

Susana P. estaba en consulta conmigo debido a ciertos bloqueos en su comunicación con su entorno. Su falta de asertividad se combinada con agresividad verbal. No sabía dónde estaba el equilibrio perfecto para expresar lo que sentía y quería a sus familiares y amigos. Recuerdo su obstinación en sostener que no era necesario decir “te quiero” a sus hermanos y sus padres porque ya lo demostraba con sus actos. 

Y ciertamente, indispensable no era, pero si es cierto que comunicar verbalmente o por escrito, esas palabras, no produce el mismo efecto en la otra persona que cuando realizamos actos de cariño y amor. Yo diría que se complementan. 

De modo que Susana P. empezó a practicar expresando su gratitud y te quiero de manera escrita, primero mediante WhatsApps y más adelante de formal verbal. 

¡Hay que reconocer qué fue todo un proceso! Algo tan aparentemente sencillo se convirtió en un acto de valentía y ruptura de creencias muy profundas para conectar con una comunicación interna mucho más sincera, profunda y natural. Todo un proceso de expansión”

  • Encuentra el lado positivo en los desafíos: Incluso en momentos difíciles, es posible encontrar algo por lo que estar agradecido. Enfócate en los aspectos positivos o en las lecciones aprendidas de las experiencias adversas. Esto puede ayudarte a cultivar una perspectiva de gratitud incluso en situaciones desafiantes.
  • Sé consciente del presente: Practica la atención plena y enfócate en el momento presente. Observa y aprecia las pequeñas cosas que suceden a tu alrededor: un amanecer, el aroma del café, una conversación significativa. Al estar presente, aumentas tu capacidad de reconocer y valorar las cosas buenas que te rodean. Verás como todo eso te hace sentir realmente bien! Un poquito de midfulness, meditación o respiraciones te ayudará a ello.
  • Lleva a cabo actos de bondad: Realiza actos de bondad y generosidad hacia los demás. Ayudar a alguien, ser amable o hacer un favor desinteresado no solo beneficia a los demás, sino que también nos brinda una sensación de gratitud y satisfacción.
  • Cultiva relaciones significativas: Valora y nutre tus relaciones personales. Muestra aprecio hacia tus seres queridos y demuéstrales que te importan. La conexión y el apoyo mutuo en las relaciones pueden fortalecer el sentimiento de gratitud y crear un círculo virtuoso de apreciación mutua, además, te ayudará a conocerte mejor.
  • Sé consciente de tus privilegios: Reflexiona sobre las cosas que a menudo das por sentado, como tener un techo sobre tu cabeza, acceso a comida, educación o salud. Reconoce tus privilegios y agradece por ellos. Esta toma de conciencia puede ayudarte a valorar más lo que tienes.

Recuerda que crear un hábito de gratitud requiere práctica constante y compromiso. A medida que integres estas prácticas en tu vida diaria, notarás cómo el sentimiento de gratitud se fortalece y cómo te beneficia emocionalmente.

mo bloqueamos la gratitud incluso sin saberlo

A veces, podemos bloquear o dificultar el sentimiento de gratitud sin siquiera saberlo. Aquí algunos posibles obstáculos y cómo superarlos:

  • Enfoque en lo negativo: Si nuestra atención se centra principalmente en lo negativo o en lo que nos falta, es probable que no podamos reconocer y apreciar las cosas positivas. Es importante practicar el cambio de enfoque hacia lo positivo y entrenar nuestra mente para buscar y valorar lo bueno que nos rodea.

Solución: Practica la gratitud diaria, dedicando tiempo a reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Puedes empezar por cosas simples, como tener comida en la mesa o un techo sobre tu cabeza. Gradualmente, amplía tu enfoque para reconocer otras bendiciones en tu vida. Rodearte de personas agradecidas es un plus!

  • Comparación constante: Cuando nos comparamos con los demás, especialmente en las redes sociales, podemos sentirnos insatisfechos con lo que tenemos y perder de vista lo que ya poseemos. La comparación constante puede bloquear la gratitud y generar sentimientos de envidia o insuficiencia.

Solución: En lugar de compararte con los demás, concéntrate en tu propio progreso y en las cosas que valoras en tu vida. Reconoce tus propias bendiciones y esfuerzos. Limita el tiempo que pasas en las redes sociales y recuerda que lo que ves en línea no siempre refleja la realidad completa de la vida de las personas.

  • Falta de conciencia y atención plena: Si vivimos nuestras vidas de manera automática y sin prestar atención al presente, es probable que pasemos por alto las cosas por las que deberíamos sentir gratitud. La falta de conciencia puede bloquear nuestra capacidad de reconocer y apreciar las experiencias positivas.

Solución: Practica la atención plena y la conciencia en tu vida diaria. Dedica tiempo a estar presente y consciente de tus experiencias, emociones y entorno. Observa y aprecia los pequeños detalles y momentos que a menudo pasamos por alto. Esto te ayudará a estar más conectado con tus sentimientos de gratitud.

  • Falta de expresión y acción: A veces, podemos sentir gratitud en nuestro interior, pero no lo expresamos o no tomamos medidas para mostrarlo. No expresar y actuar en consecuencia puede bloquear la gratitud y mantenerla como un sentimiento pasivo.

Solución: Expresa tu gratitud verbalmente o por escrito. Agradece a las personas que te han ayudado o han tenido un impacto positivo en tu vida. Realiza actos de bondad y generosidad hacia los demás. Al tomar medidas tangibles, estarás fortaleciendo tu sentimiento de gratitud y compartiéndolo con los demás.

Al identificar y superar estos obstáculos, desbloqueas y fortaleces tu sentimiento de gratitud, permitiéndote experimentar sus beneficios y alegría en tu vida.

En resumen, practicar la gratitud abarca un amplio ámbito y se refiere a la actitud de reconocimiento y aprecio hacia las cosas positivas en nuestra vida, así como hacia las acciones y gestos positivos de los demás. 

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