Mi experiencia con Kinesiología: Descubriendo el estrés oculto y la transformación personal

Kinesiologia estres

Afortunadamente, la kinesiología se ha convertido en una herramienta esencial en mi práctica terapéutica. Al utilizarla, he descubierto que va más allá de una simple técnica; es una ventana directa hacia la conexión entre el cuerpo y la mente.

Hoy me gustaría hablarte de una de las experiencias más reveladoras que he vivido pues considero te será de utilidad e incluso te sientas identificado.

Fue con Rocío, una mujer de mediana edad, que vino buscando cambiar patrones de autoestima dañinos. En el proceso, la kinesiología reveló un estrés acumulado que estaba afectando su bienestar de maneras inesperadas. Definitivamente había muchísimo estrés en sus sistema.

Durante la sesión, decidimos abordar las creencias limitantes relacionadas con su autoestima. Mientras explorábamos estas creencias, noté que su cuerpo reaccionaba de una manera peculiar: comenzó a bostezar de manera repetida una y otra vez.

El bostezo como indicador de estrés:

El bostezo, a menudo es pasado por alto por los pacientes, pero yo sé que es una forma natural y necesaria, que tiene el cuerpo para liberar tensiones y relajarse.

El bostezo en este contexto no era un simple signo de cansancio, sino una respuesta fisiológica al estrés que se estaba liberando. La kinesiología me mostró que su sistema estaba reaccionando al abordar ciertos temas, indicando la presencia de tensiones emocionales y mentales acumuladas por mucho mucho tiempo.

Liberación de estrés, transformación y avance personal:

A medida que explorábamos más a fondo, Rocío comenzó a compartir experiencias pasadas que nunca había abordado completamente. La kinesiología actuó como una brújula, señalando áreas específicas de tensión que necesitaban atención, emociones bloqueadas, etc.

Trabajamos en la liberación de esas tensiones utilizando técnicas terapéuticas centradas en la kinesiología, cognición, creencias, descompresión de la amígdala, bloqueo emocional y más. A medida que lo hacíamos, los bostezos se intensificaron, y sentíamos cómo el estrés acumulado se liberaba gradualmente. Fue un proceso catártico, como si su cuerpo estuviera soltando el peso de años de presión emocional.

El cambio desde dentro:

Definitivamente Rocio experimentó una transformación notable. Después de la sesión, describió una sensación de ligereza y claridad que no había sentido en mucho tiempo. Este proceso no solo impactó su autoestima, sino que también le proporcionó la capacidad de actuar desde un lugar más auténtico y centrado.

La lección aprendida fue clara: la kinesiología no solo nos muestra el estrés oculto, sino que también ofrece un camino para liberarlo y permitir la transformación personal. Al abordar no sólo las creencias limitantes, sino también el estrés subyacente, podemos abrir la puerta a una vida más equilibrada y auténtica.

En mi práctica, la kinesiología ha demostrado ser un aliado valioso, guiándome hacia un enfoque holístico que honra la conexión entre el cuerpo y la mente en el viaje hacia el bienestar emocional y la autenticidad personal. ¿Te animas?

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