El Agua Florida es mucho más que una fragante agua perfumada. Este elixir, con raíces en el siglo XIX, combina esencias florales, cítricas y especiadas, consolidándose como un producto clave tanto en la belleza como en las prácticas espirituales.
Orígenes Históricos
El Agua Florida ha sido utilizada en prácticas espirituales indígenas durante siglos, consolidándose como un elemento esencial en rituales de purificación y bienestar.
Su denominación tiene una historia intrigante. Según registros históricos, esta fragante mezcla de cítricos y especias debe su nombre a la expedición de Juan Ponce de León en 1513, cuando llegó a la región que bautizó como “Florida”. El explorador, conocido por ser el primer gobernador de Puerto Rico, quedó asombrado por la abundancia de flores en esta tierra mágica. Los taínos, habitantes originarios de la región, hablaron de la legendaria “Fuente de la Juventud”, una fuente de poderes rejuvenecedores que habría inspirado su exploración.
El nombre “Agua Florida” rinde homenaje tanto a esta mítica fuente como a su esencia floral distintiva. Con el paso del tiempo, este extraordinario elixir ha trascendido fronteras y culturas, convirtiéndose en un símbolo universal de rituales esotéricos, bienestar espiritual y armonía energética.
Propiedades y Beneficios
El Agua Florida posee propiedades físicas, energéticas y emocionales que la convierten en un producto único:
Limpieza Energética: Se utiliza para disipar energías negativas en personas, espacios u objetos.
Aromaterapia: Su fragancia fresca y revitalizante mejora el estado de ánimo, alivia el estrés y promueve la concentración.
Relajación Muscular: Mezclada con agua tibia, alivia dolores musculares y pies cansados.
Propiedades Medicinales: Alivia dolores de cabeza y reduce la fiebre mediante aplicaciones externas.
Purificación de Espacios y Objetos: Se utiliza para limpiar cristales, amuletos y lugares de trabajo.
Protección Energética: Crea barreras contra energías negativas y protege el aura personal.
Rituales de Bendición: Ideal para consagrar altares, talismanes o realizar meditaciones profundas.
Atracción de Buenas Energías: Se emplea en rituales para atraer prosperidad, amor y éxito.
Usos Cotidianos y Prácticos
El Agua Florida es extremadamente versátil y puede acompañarte en diferentes ámbitos de tu vida:
En el Hogar: Rociar en habitaciones para renovar energías y crear un ambiente de calma. Agregar unas gotas al agua de limpieza potencia la purificación del espacio.
En el Trabajo: Ideal para mantener el ambiente laboral equilibrado y libre de tensión.
En el Coche: Unas gotas en el auto ayudan a mantener un entorno relajado durante los trayectos.
En el Bolso: Para usarlo como un complemento revitalizante durante el día.
En el Baño: Agregarlo al agua de baño brinda un efecto restaurador, relajante y energizante.
Puedes adquirir el Agua Florida en nuestra tienda en línea.Ofrecemos una versión artesanal mejorada que combina tradición y modernidad, asegurando un producto único para el cuidado espiritual y físico.
El Agua Florida es un aliado esencial para quienes buscan bienestar integral. Desde su capacidad para purificar el ambiente hasta su uso en rituales espirituales, este elixir ofrece múltiples beneficios que lo convierten en una herramienta indispensable en tu vida diaria. Descúbrelo y experimenta cómo unas pocas gotas pueden transformar tu día a día.
El arquetipo del padre es una de las figuras fundamentales dentro de la psicología analítica de Carl Gustav Jung, pues desempeña un papel esencial en la formación y desarrollo de la personalidad de los individuos, especialmente durante la infancia. Representa mucho más que la figura concreta de un padre biológico, ya que trasciende a un modelo simbólico que estructura la experiencia humana en torno a la autoridad, los límites, la razón y la conexión con el mundo exterior.
Características del arquetipo paterno
El arquetipo del padre simboliza valores clave que estructuran la vida y la personalidad. Está asociado a elementos como:
La ley y la razón: Representa la capacidad para establecer límites, la conciencia moral y el sentido del orden.
Autoridad y jerarquía: Se asocia con la estructura social, la figura del protector y guía, y la capacidad para dirigir con firmeza.
El espíritu y la conciencia: Encarna el desarrollo intelectual, la clarificación de los valores y el juicio ético.
Elementos de la naturaleza: Su energía está vinculada con símbolos como el viento, el cielo y el sol, que evocan expansión, iluminación y la conexión con la trascendencia.
Influencia en el desarrollo infantil
La figura del padre, desde una perspectiva psicológica y simbólica, actúa como un modelo de conducta fundamental que influye profundamente en la manera en que los niños perciben la autoridad, la protección y la autonomía.
En los niños:
Fomenta la capacidad de autocontrol y tolerancia ante la frustración al imponer límites y reglas.
Actúa como un puente hacia el mundo social, animando al niño a salir del hogar protegido y enfrentar los desafíos del entorno con valentía y determinación.
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El padre como idealización y guía
El arquetipo paterno también se manifiesta como una figura idealizada que representa un referente de sabiduría y orientación. Esto no solo incluye al padre biológico, sino también a otros roles significativos como el abuelo, el padrastro o incluso figuras sociales y culturales que encarnen autoridad y dirección. Esta proyección puede ofrecer una fuente de confianza y estabilidad emocional.
Roles y funciones del arquetipo paterno
Disciplina y límites: A través de la firmeza, el padre enseña que las reglas son necesarias para el autocontrol y el respeto por los demás. Esto no se limita al castigo, sino que implica un marco de referencia claro que guía las acciones.
Protección y apoyo: Proporciona una sensación de seguridad emocional, ofreciendo un respaldo sólido en momentos de incertidumbre o miedo.
Proveeduría y abundancia:Simboliza la capacidad de generar recursos, ya sean materiales, emocionales o intelectuales, para fomentar el bienestar del entorno.
Impulso hacia la autonomía: Actúa como guía para que los hijos puedan diferenciarse de la madre y encontrar su propia identidad, lo que es crucial en el desarrollo psicológico.
Maestro y mentor:Un buen padre enseña con el ejemplo, escucha atentamente, respeta a la madre de sus hijos y dedica tiempo de calidad a su familia.
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La energía paterna en el individuo
La influencia del arquetipo paterno no se limita al ámbito familiar, sino que trasciende como un componente psicológico intrínseco que todos llevamos dentro.
Nos conecta con la capacidad para trabajar con determinación y compromiso.
Desarrolla nuestra habilidad para cuidarnos y proveernos a nosotros mismos, fomentando la autosuficiencia.
El equilibrio entre la figura paterna y materna
En el ámbito psicológico, el padre y la madre simbolizan fuerzas complementarias. Mientras que la madre está más asociada con el afecto, la contención emocional y el cuidado cotidiano, el padre introduce la dimensión de la autoridad, la disciplina y la proyección hacia el mundo exterior. Esta diferenciación es clave para que los niños puedan construir una identidad equilibrada y segura.
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En conclusión, la figura del padre es esencial para el desarrollo humano, tanto desde una perspectiva individual como colectiva. Actúa como un símbolo de fortaleza, guía y estructura que permite a las personas enfrentar la vida con confianza, autonomía y claridad. Reconocer y equilibrar esta energía dentro de nosotros mismos nos permite vivir en armonía con nuestras metas y relaciones, integrando las lecciones de límites, trabajo y protección que este arquetipo encarna.
En el bullicio de la vida cotidiana, encontrar un equilibrio emocional puede parecer un desafío insuperable. Sin embargo, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia ofrece herramientas concretas y científicamente respaldadas para mejorar la calidad de vida, incluso para aquellos que no son asiduos meditadores o introspectivos.
La ausencia de juicio implica liberarse de preconcepciones y evaluaciones automáticas, permitiendo una perspectiva más abierta y compasiva hacia los demás y uno mismo. La neutralidad, por su parte, nos invita a ser observadores imparciales de nuestras emociones y pensamientos, fomentando una respuesta más equilibrada a las situaciones de la vida.
Me dirás que te resultan, cuanto menos complicadas, dichas prácticas. Si, lo escucho a diario a pacientes y alumnos. Pero ante eso existe una gran aliado: La práctica.
En uno de mis viajes a Palma de Mallorca recuerdo atender a Armin, un chico Alemán que “huía” de convertirse en una persona tan crítica como lo había sido su madre (quizá te resulte familiar). A través de ejercicios que le ayudaron a cambiar patrones heredados y creencias limitantes, Armin, con mucha intriga y diversión, se puso a practicar la neutralidad y el no juicio. Después de simplemente 10 días de práctica sus palabras fueron “No sé cómo he podido gestionar mi vida antes sin esta nueva perspectiva que tomo ahora”
Numerosos estudios respaldan los beneficios del no juicio y la neutralidad en la salud mental, reduciendo el estrés y la ansiedad. Además, la presencia, o la capacidad de estar plenamente en el momento presente, ha demostrado fortalecer la resiliencia emocional y mejorar la concentración.
Aplicar estos principios de manera práctica implica, por ejemplo:
“Tomar pausas breves durante el día para respirar conscientemente y observar nuestros pensamientos sin juzgarlos.”
La implementación de estos hábitos simples pero poderosos transforma la experiencia diaria, mejorando la gestión del estrés y fomentando relaciones más saludables.
Desde una perspectiva holística, estas prácticas no solo benefician la salud mental, sino que también contribuyen al bienestar espiritual. Al adoptar una actitud de no juicio, neutralidad y presencia, se crea un espacio para el crecimiento personal y la conexión con dimensiones más profundas de uno mismo, de la existencia y de nuestra verdadera naturaleza energética.
En la búsqueda de mejoras emocionales, estas prácticas se han integrado en enfoques terapéuticos contemporáneos, como la terapia cognitiva-conductual, respiraciones, terapia integrativa subconsciente y el mindfulness. Los terapeutas que incorporamos estos principios ofrecemos herramientas adicionales para enfrentar los desafíos diarios, saboteo emocional y promover una transformación positiva, profunda y permanente en el tiempo.
Para aquellos que buscan información práctica y científicamente respaldada, estos principios se presentan como una valiosa alternativa, accesible para todos. En el mundo de terapias la inclusión de estas prácticas es un factor diferenciador para aquellos que desean abordar sus problemas desde un enfoque integral y efectivo.
La práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia no solo es beneficioso para la salud mental, sino que también abre puertas hacia una vida más plena y significativa. Al adoptar estos principios de manera práctica y constante, incluso aquellos menos familiarizados con la meditación o la introspección experimentarán mejoras notables en su bienestar emocional y espiritual.
En la encrucijada de la vida moderna, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia emerge como un faro de serenidad y transformación.
Con más de una década de experiencia, mis sesiones de terapia holística fusionan la efectividad comprobada con la simplicidad en las prácticas, guiándote hacia una transformación profunda y duradera. No solo te embarcarás en un viaje hacia el equilibrio interior, sino que también encontrarás la clave para una vida plena y significativa ¿A qué esperas?
Carl Gustav Jung, un influyente psicólogo suizo, introdujo la idea de que la psique está compuesta por diversas partes, y una de ellas es el “niño interior”
El concepto de “niño interior” en psicología jungiana se refiere a una parte de la psique humana que representa la experiencia y la expresión de la infancia dentro de la psique de un adulto.
El niño interior no se refiere simplemente a la edad cronológica de la infancia, sino más bien a las experiencias emocionales, las heridas, las alegrías y los patrones de comportamiento que se formaron durante la infancia y que aún tienen un impacto en la vida del individuo adulto. Estas experiencias pueden ser tanto positivas como negativas y pueden influir en la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás.
Algunas características asociadas con el niño interior pueden incluir la espontaneidad, la creatividad, la curiosidad, pero también pueden surgir aspectos más vulnerables o heridos que puedan necesitar atención y curación. La idea es que reconociendo y conectando conscientemente con el niño interior, una persona puede comprender mejor sus patrones de comportamiento, superar traumas no resueltos y trabajar hacia la integración y el equilibrio psicológico.
Cada día aplico técnicas en mis sesiones para explorar y trabajar con el niño interior.
Estos procedimientos de terapia implican trabajar con:
La imaginación activa: Como medio de conexión con el niño.
El diálogo interno para darnos recursos a nosotros mismos desde el entendimiento actual de la vida
La introspección: Como medio de conocimiento y por tanto de aplicar las habilidades adecuadamente.
Regresión a la infancia: Que facilita la vivencia y así poder abordarla con herramientas más constructivas.
Estos enfoques buscan ayudar a mis consultantes y alumnos a sanar heridas emocionales, liberar bloqueos emocionales, experiencias traumáticas, creencias limitantes y desarrollar una conexión más consciente, estable y saludable con su niño interior.
Problemas derivados de no estar en conexión con el niño interior
La desconexión con tu niño interno dará lugar a problemas psicológicos y emocionales muy comunes, como:
Bloqueo emocional: Si una persona no está conectada con su niño interior, tendrá dificultades para expresar y comprender sus propias emociones,lo que se traduce en bloqueos emocionales, donde existen emociones no procesadas o reprimidas que afectan la salud mental.
Patrones de comportamiento repetitivos:Los patrones de comportamiento formados durante la infancia persisten en la vida adulta. Sin conexión con el niño interior, se repiten patrones disfuncionales, sin ser consciente uno de ello.
Falta de autenticidad: Sin la conexión con el niño interior se está desconectado de nuestras necesidades, deseos y autenticidad emocional, y podemos sentirnos perdidos o insatisfechos en la vida.
Dificultades en las relaciones: Cuando falta una buena conexión con nuestro niño, manifestaremos patrones de relaciones poco saludables, dificultades para establecer límites o dificultades para confiar en los demás.
Falta de creatividad y juego: Doy gran énfasis en mis sesiones a “poner tiempo y foco en la creatividad ya que el niño interior está totalmente asociado con ella, con la imaginación, ingenio para solucionar problemas y la capacidad de juego. La desconexión de estas cualidades llevará a una sensación de estancamiento en la vida y la pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades lúdicas. Asi que no olvides desarrollar y practicar actividades creativas “a diario”!
Problemas de autoestima: La autoexploración y la aceptación de las partes vulnerables de uno mismo son esenciales para construir una sólida autoestima, y cuando hacemos trabajo con nuestro niño tomamos consciencia de esas partes para fortalecerlas o sanarlas.
Ejercicio con tu niña interior:
La visualización con el niño interior es una técnica utilizada en terapia y desarrollo personal para reconectar con aspectos emocionales y experiencias de la infancia.
Este ejercicio te ayudará a explorar y comprender mejor tus emociones, así como a fortalecer la conexión emocional contigo mismo. Puedes repetir este ejercicio tanto como lo sientas necesario y ajustarlo según tus necesidades específicas.
Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.
Respira profundamente: Inhala profundamente por la nariz, retén el aliento por un momento y exhala lentamente por la boca. Repite este proceso varias veces hasta que te sientas relajado.
Visualiza un lugar seguro: y tranquilo, como un jardín, una playa, una nube, un bosque… donde te sientas calmada y segura.
Pídele a tu niña interior que te acompañe: Imagina que aparece tu niña, tal vez de 4, 5 ó 6 años. Cualquier edad que llegue es perfecta. Visualiza qué ropa lleva y cómo se siente.
Establece una conexión con ella: Acércate a ella con cariño y amor. Puedes hablarla, abrazarla o simplemente estar presente. Observa sus expresiones y gestos, y permítete sentir emociones asociadas. Estas en un lugar seguro.
Conversación:
Comienza diciéndole como la admiras por todo lo que ha sido capaz de hacer.
Saber decir NO, es una habilidad muy valiosa y necesaria para nuestra salud mental que afecta directamente al control de nuestra vida.
Resulta especialmente difícil ser asertivo cuando hay que trazar límites con familiares jefes y amigos ¿Verdad?.
Y te preguntarás ¿Por qué carezco de estas habilidades sociales?
Las causas más habituales de la falta de asertividad y de habilidades sociales se relacionan con:
Falta de autoestima sostenida por el miedo, la culpa y la indecisión
Imagen personal pobre
Entorno familiar muy exigente
Entorno escolar muy exigente
Abundancia de castigos en la infancia
Falta de apoyo o poco apoyo en el desarrollo y aprendizaje normal durante la infancia
Comportamiento espejo de papá o mamá – Cuando un progenitor carece de asertividad, el niño aprende y copia dicha conducta como herramienta de gestión emocional.
Quiero detallarte algunas de las razones psicológicas detrás de la dificultad para decir no que puedes trabajar en tu autobservación y modelación de patrones limitantes:
Baja autoestima: Las personas con baja autoestima tienen miedo a rechazar las solicitudes de otros por temor a ser juzgados o perder la aprobación de los demás. Se busca quedara bien siempre, que se nos considere responsables y amables.
Padecer de buenismo: Tener un mal concepto de “soy una buena persona”, quedar bien hasta con los malos, ceder con benevolencia ypor lo tanto colocar a los demás en primer lugar como acto de bondad, implica no relacionarte de manera sana y asertiva.
Miedo al conflicto: Decir no a menudo implica enfrentar conflictos potenciales, lo cual puede ser aterrador para algunas personas. Temen las confrontaciones y prefieren evitarlas a toda costa. De echo, esto es uno de los motivos más habituales.
“Hace algún tiempo tuve una sesión online con Andrés, un hombre de unos 60 años que buscaba una terapia para el trauma. Después de varios ejercicios de introspección, donde pudimos ver qué efectos sufría, debidos a experiencias pasadas y comportamientos aprendidos de las mismas, salió a la luz su comportamiento evitativo ante cualquier tipo de conflicto, por muy ridículo que fuese, y lo aterrador que le resultaba confrontarse a otros.
Una vez reprogramada su vivencia traumática en las sesiones y haber cambiado varias creencias sobre las relaciones con los demás y permitirse ser el mismo, Andrés comenzó a practicar pequeños ejercicios que establecimos donde irían poco a poco mostrando unos límites mucho más sanos y contundentes con su entorno. Para su asombro, de forma casi inmediata a la práctica de estos ejercicios, su entorno comenzó a mirarle con más respeto y Andrés incrementó exponencialmente la confianza en sí mismo y por tanto en la vida. “
Necesidad de aprobación: Las personas que tienen una fuerte necesidad de ser aceptadas y aprobadas por los demás suelen tener dificultades para decir no. Temen que si dicen no, los demás los verán como egoístas o desagradables y básicamente no serán aceptados.
Culpa y remordimiento: Algunas personas sienten culpa o remordimiento al decir no, especialmente si están acostumbradas a complacer a los demás. Es probable que esta culpa esté arraigada en experiencias pasadas o creencias limitantes sobre su valía personal.
Patrones de crianza: La forma en que fuimos criados sin duda influye principalmente en nuestra capacidad para establecer límites. Si crecimos en un entorno donde se esperaba que siempre complaciéramos a los demás, deberemos “desaprender estos patrones” en la edad adulta.
Miedo al rechazo: Decir no puede hacer que algunas personas teman el rechazo por parte de quienes les pidieron algo. El miedo al abandono o a ser excluido llevará a la incapacidad para establecer límites claros.
Falta de habilidades de comunicación asertiva: para expresar los propios deseos y necesidades de manera sana lleva a evitar decir no para evitar situaciones incómodas.
“Otro ejemplo de terapia, es el de Juan Carlos, quien me solicitó una sesión de hipnosis online. Juan Carlos no comprendía sus estados de rabia y enfado.
Es frecuente ver, en las personas que no saben decir “no”, explosiones de ira que les llevan a expresar sus sentimientos de una forma hiriente. Este comportamiento es el resultado de no saber comunicarse de forma asertiva; Todas las emociones que no se expresan o gestionan debidamente, se acumulan, y la rabia y la frustración acaban manifestando su verdadero parecer de forma poco constructiva. Sin duda fue un proceso muy transformador para Juan Carlos, pero especialmente liberador, puesto que estas emociones nos atrapan y manejan a niveles muy inconscientes donde, en la mayoría de los casos, ser uno mismo, resulta difícil”
Superar la dificultad para decir no implica trabajar en estos aspectos a nivel emocional y psicológico. Esto incluirá desarrollar la autoestima, aprender habilidades de comunicación asertiva, establecer límites claros, y aprender a manejar el miedo al conflicto y al rechazo. La terapia será muy útil para abordar estos problemas y aprender a decir no de manera efectiva y calmada.
Así mismo, me gustaría exponerte algunas posibles maneras de relacionarte de forma respetuosa y asertiva:
Explica y comunica tus razones: Si hay alguna razón específica por la que no puedes aceptar el compromiso, como un problema de salud o un conflicto de horario, explícalo de manera respetuosa y sincera. explica por qué no quieres hacer lo que te piden. Esto ayudará a que tu familia y conocidos entiendan tu postura y te respete. Valora que tus necesidades estén en primer lugar.
Ofrecer alternativas: Si te sientes mal al decir que no, puedes ofrecer otras opciones para ayudar a la persona sin comprometerte a algo que no puedes hacer. Por ejemplo, si no puedes asistir a un evento, podrías ofrecerte para ayudar a organizarlo o contribuir de alguna otra manera.
Utiliza “yo” mensajes: en lugar de culpar a otros o hacer que tu familia se sienta mal, utiliza mensajes que comiencen con “yo” para hacer que tu mensaje sea más claro y asertivo. Por ejemplo, “Yo no puedo hacer eso porque tengo otras responsabilidades en este momento” en lugar de “Tú siempre me pides que haga cosas”.
Utilizar frases de transición: Si te sientes incómodo al decir que no directamente, puedes usar frases de transición para suavizar tu respuesta. Por ejemplo, “Lo siento, pero no puedo aceptar ese compromiso en este momento” o “Agradezco la invitación, pero voy a tener que decir que no”.
Expresar tu disponibilidad actual: Puedes decir que no puedes aceptar el compromiso en este momento porque ya tienes otros compromisos previstos o porque necesitas más tiempo para ti mismo.
Sé claro y conciso:no te sientas obligado a dar explicaciones largas o justificaciones detalladas. Simplemente di “no” y déjalo en eso.
Mantén tu postura: si insisten en que hagas algo que no quieres hacer, no cedas. Mantén tu postura y sé firme en tu decisión.
Es importante ser respetuoso y considerado al decir que no a un compromiso, pero también es importante ser honesto y no comprometerse a algo que no puedes hacer.
Es normal sentirse presionado por la familia o compañeros de trabajo a veces, especialmente cuando se trata de hacer cosas que no queremos o que van en contra de nuestros propios valores o deseos. Sin embargo, es importante recordar que tienes derecho a decir “no” y a tener tu propia independencia y autonomía.
Recuerda que es importante tener en cuenta los sentimientos de las personas con las que te relaciones, pero es aún más importante ser fiel a ti mismo y a tus propios valores y deseos.
En el contexto de la psicología, los límites saludables son establecidos por los padres que asumen el papel del “Padre Asertivo”.
El Padre Asertivo es un arquetipo parental que se caracteriza por establecer límites claros y saludables, al mismo tiempo que muestra empatía y apoyo hacia el niño. Este tipo de padre permite que el niño explore y desarrolle su independencia, al tiempo que establece reglas y estructura para mantener un ambiente seguro y amoroso.
Los padres asertivos son capaces de decir “no” cuando es necesario y de aplicar consecuencias adecuadas a las acciones del niño. También son capaces de comunicar sus expectativas de manera clara y coherente, lo que brinda al niño un sentido de seguridad y comprensión sobre lo que se espera de él.
Es importante tener en cuenta que ningún padre es perfecto y que todos los padres pueden mostrar diferentes arquetipos en diferentes situaciones. Sin embargo, los padres que siguen el arquetipo del Padre Asertivo tienden a criar niños que tienen una comprensión saludable de los límites, el respeto por los demás y una buena autoestima.
No saber decir no, no es una tendencia de nuestro comportamiento que nos afecta, y lo hace de un modo decisivo, haciendo que percibamos falta de control en nuestra vida. Y es la percepción de control, una de las claves en una buena gestión emocional.
Reprogamar la manera que aprendimos a relacionarnos desde niños es fundamental y para ello te ofrezco sesiones eficaces enfocadas en construir nuevos programas y hábitos al respecto.
Una emoción negativa es aquella que se siente cuando estamos tristes, enfadados, frustrados o preocupados. Las emociones negativas son una parte natural de la experiencia humana y suelen ser una respuesta a situaciones difíciles o estresantes. Algunas emociones negativas comunes incluyen tristeza, ira, miedo y ansiedad. Es importante reconocer y gestionar adecuadamente las emociones negativas para poder vivir de manera saludable y equilibrada.
¿Por qué no queremos sentir emociones negativas?
Es natural no querer sentir emociones negativas ya que a veces pueden ser difíciles de manejar. Sin embargo, es importante recordar que todas las emociones son una parte natural de la experiencia humana y que tienen una función importante en nuestra vida.
Estas emociones desagradables son una señal de que algo en nuestra vida no está bien y nos está afectando de alguna manera.
Así que te invito a mirarlas desde dos lados positivos:
Cuando las emociones negativas se vuelven intensas o persistentes, afectarán claramente la calidad de vida y el bienestar emocional.
Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para gestionar tus emociones negativas de manera más efectiva:
Acepta tus emociones: A menudo, negamos y nos resistimos a ellas, lo cual sólo las hace más intensas. Para gestionarlo mejor, este es el proceso que debes seguir:
Mirar y aceptar que estás sintiendo
Darte permiso para sentir esas emociones
Elimina la culpa por sea lo que sea que estés sintiendo
Identifica que está causando tus emociones: Haces preguntas tipo ¿Hay algún evento o situación específica que esté desencadenando estas emociones? ¿Podría haber algún patrón o tema común en las cosas que me hacen sentir mal? ¿Me ha molestado más de lo que pienso lo que he leído, oido o visto? Una vez que identifiques la causa de tus emociones, podrás trabajar en encontrar maneras de manejar esas situaciones mucho mas efectivas.
Practica la respiración profunda y la relajación: Ayuda a calmar tu cuerpo y mente y a reducir la intensidad de las emociones negativas mediante relajaciones y respiraciones. Simplemente tomar unos minutos para sentarte en un lugar tranquilo y cómodo, cierra los ojos y respira profundamente a través de tu nariz. Exhala lentamente a través de la boca. Puedes contar tus respiraciones o decir una palabra o frase tranquilizadora para ti mismo mientras respiras. Puedes, igualmente, probar sesiones de hipnosis para bajar estados de estrés, preocupación o negatividad.
Escribe sobre cómo te sientes: Escribir sobre tus emociones es una manera útil de procesarlas y comprenderlas mejor, así como de permitirte reconocer y expresar lo que guardas dentro. Reflexiona a través del papel sobre cómo te sientes y qué podría estar causando esas emociones pues solo el hecho de poner las cosas por escrito te ayudará a verlo todo de manera más clara y a encontrar maneras inesperadas para una gestión más efectiva de las mismas.
Habla con alguien de confianza: Compartir tus sentimientos con un amigo, familiar o terapeuta aliviará tu carga emocional y te proporcionará apoyo.
Cambia tu perspectiva: Trata de ver las situaciones desde diferentes ángulos. Ser flexibles, cuestionar nuestras creencias y cambiar la forma en que interpretamos una situación, cambia las emociones asociadas a ella.
Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es posible que necesites probar varias técnicas para descubrir cuál funciona mejor para ti. Además, si encuentras que las emociones negativas son abrumadoras o interfieren significativamente en tu vida diaria, considera buscar ayuda profesional de un terapeuta.
La asertividad es la cualidad o comportamiento que supone comunicar y defender los propios derechos e ideas, respetando a los demás.
Las personas no asertivas no tienen la habilidad para expresar sus deseos y opiniones de forma franca, directa, abierta y adecuada, y además, les cuesta decir no.
HAY UNA DELGADA LÍNEA ENTRE LA ASERTIVIDAD Y ESTAR RELAJADO – JUSTIN GUARINI
¿Cómo saber si tengo un buen nivel de asertividad?
Aquí te enumero algunas de las características de las personas que no saben decir no. Es un test muy corto y sencillo con la finalidad de que comiences a tomar consciencia de tus comportamientos.
Para ello deberás analizar bien “desde donde” respondes a las personas con un Si, o no les respondes para evitar decir NO.
A continuación, en un papel escribe “SI” en todos los puntos con los que te sientes identificado en más de un 50% y al final del texto te explicaré.
Demoro mis respuestas (para no tener que decir no) y así, confío que a la otra parte se le olvide o se dé por enterado de que no quiero.
No digo “no” en el momento, y después no hago a lo que me comprometí. Me hago el loco, el tonto, el olvidadizo…
Tengo rasgos de personalidad evitativos (Excesivo temor a ser rechazado por los demás). Digo sí para sentirme aceptado e incluído.
Siento baja autoestima, en especial cuando estoy con más personas.
No me siento valioso como para expresar mi negativa, y el hecho de no expresarla me hace sentir inferior.
Mi tono de voz suele ser bajo.
Muchas veces hablo con poca fluidez.
Mi comunicación no verbal es inhibida (poco contacto ocular, gesticulación demasiado suave).
Miedo a las confrontaciones y por tanto, tendencia a evitarlas.
Necesidad de aprobación por los demás.
Muchas veces me apoyo en otras personas que considero “más fuertes, estables o seguros” para que hagan de “poli malo” y digan que no en mi lugar.
Soy una buena persona. Soy complaciente y ayudo a los demás por encima de mi mismo muchas veces.
Siento que muchas veces la gente me invade, en el trabajo, en casa, mis parejas, etc.
Siento que mucha gente es agresiva.
Creo que la gente se aprovecha de mí.
No sé qué decir cuando me halagan, o intento evitar los halagos.
Ahora suma todos tus “SIES” y lee las respuestas:
Puntuación 0 –Gozas de una alta asertividad donde seguramente te sientas muy seguro relacionándote con otras personas, incluso desconocidos, y disfrutes de ello.
Puntuación de 1 a 3 –Eres una persona ligeramente asertiva. Deberás revisar tus comportamientos y aprender más técnicas apropiadas para ejercer una total asertividad de manera sencilla.
Puntuación de 4 a 10- Posees una asertividad baja, lo que te implicará sanar patrones de aprendizaje limitantes y observarte más en profundidad para comprender desde dónde actúas.
Puntuación de 11 a 18- Indica problemas en el manejo de la interacción social y la expresión del NO. Deberás por tanto revisar con detenimiento tus aprendizajes infantiles al respecto y las técnicas que te permitan mejorar tu comportamiento.
Como ya habrás podido comprender, la forma en que fuimos criados influye principalmente en nuestra capacidad para establecer límites. Si crecimos en un entorno donde se esperaba que siempre complaciéramos a los demás, deberemos “desaprender estos patrones” en la edad adulta. Para mí esa es una de las claves de la mejora.
Así mismo, desde mi experiencia en terapia, he visto como cientos de personas se transforman día a día con 4 sencillos trabajos que aplico y que te comparto brevemente:
Al escribir esto, recuerdo a Lucía, una chica bastante joven que vino a una sesión de terapia en Almayate. Lucía sentía que si decía “NO” a las propuestas de su entorno, se convertiría en una mala persona.
Evidentemente, la asertividad no tiene nada que ver con el tipo de persona que soy, más allá de ser alguien con seguridad en sí mismo, por lo que estuvimos viendo de dónde había aprendido y copiado esas creencias limitantes sobre qué deben hacer las buenas personas.
Finalmente resultó un proceso muy empoderador para Lucía donde, especialmente, las personas de su entorno pasaron de invadirla a respetarla.
Te invito a leer el próximo artículo donde voy a exponer métodos y herramientas de gran ayuda para tus relaciones sociales y así poder decir NO de forma fácil y clara, Y a probar mis sesiones de Psych-k y Técnicas de Integración Cerebral para reprogramar tu mente.
Cuando surge esa emoción la intentas ocultar y además te sientes mal. Profundamente mal y culpable por sentir rechazo hacia tu propia madre.
Piensas: Qué feo sentir esto, no quiero sentirme asÍ!!
Entonces, ¿Qué emoción sería la correcta?
Lo natural es sentir aquella emoción que se ha formado en ti a través de la relación que has tenido con tu mamá. Ya sea una emoción agradable o desagradable.
Ser mamá. Ser una buena mamá. Y ser la mamá que mi hijo querría que yo fuese, es un trabajo, cuanto menos, de los más complicados en la vida.
La relación con tus progenitores es muy influyente en tu vida y tiene un gran impacto en tu bienestar emocional. Por ello, este tema lo desarrollaré en varios artículos más.
El sentimiento de rechazo hacia la madre, puede ser complejo y surge por una gran variedad de razones.
Encontrarlas te facilitará tu desarrollo personal en esta materia.
Y por ello te expongo algunas razones que te ayudarán a identificar el motivo de tu rechazo:
Experiencias pasadas: Experiencias negativas o traumáticas en la infancia.
Ejemplos:
No haber sido un hijo deseado. Esta es una de las principales causas de rechazo hacia los progenitores. En muchas de las sesiones de hipnosis que conduzco, la persona recuerda haber pasado por una experiencia siendo bebé donde “no era esperado, no era deseado, fue rechazado, no era del sexo que se deseaba, etc” Ese dolor que produce dicho evento, marca profundamente la relación con la madre y el padre. Afortunadamente es algo relativamente sencillo y bonito de sanar y recolocar emocionalmente.
Abuso físico.
Maltrato emocional: Indiferencia, desprecio, desvalorización, falta de amor, gritos, falta de respeto, etc hacia el niño. Te invito a leer el siguiente artículo que te ayudará en tu valía personal: 14 maneras de mejorar la autoestima.
Haber sido abandonado por mamá: Abandono físico o fallecimiento.
Madre sargento que siempre contesta “Porque yo lo digo”.
Diferencias de personalidad: Las diferencias significativas en la personalidad, los intereses,las creencias o los valores entre la madre y el hijo crean conflictos y dificultades para relacionarse y comunicarse abiertamente.
Las personalidades simplemente pueden ser incompatibles, lo que hace que sea difícil para madre e hijo llevarse bien o llegar a un nivel de entendimiento básico.
Ejemplo:
Personalidad fuerte que impone criterios.
Intolerancia o falta de flexibilidad mental. Personas de estructura fuerte y rígida donde generalmente lo que ocultan es un gran miedo.
Madres sumisas: Estas mamás, en su creencia de no saber hacerlo de otra forma, han producido en sus hijos:
Rechazo por no haber cogido su lugar de progenitora, la grande, la protectora, etc
Rechazo por haber permitido situaciones en la familia donde los hijos han salido perjudicados.
Rechazo por no haber tomado decisiones desde el valor y el amor propio… todo un ejemplo, que desde el rechazo a mamá, intentaremos “nunca copiar” en nuestras vidas. Este punto es uno de los más trabajados en mi sesión de terapia. “No ser como mamá” es una conducta casi obsesiva y nos aleja de nuestra identidad y sentido de vida.
Expectativas no cumplidas: Estamos cargados de información inconsciente sobre “cómo deberían ser las relaciones con mamá, según la sociedad, la religión, la espiritualidad, etc”.
Las expectativas no cumplidas sobre la relación madre-hijo desencadenan sentimientos de decepción y rechazo.
Me atrevo a decir que las expectativas sobre la relación padres e hijos son en su mayoría muy poco realistas, y es imprescindible hacer un trabajo de introspección para identificar qué buscamos y qué esperamos de las relaciones con los progenitores.
Estas expectativas se mueven en ambos sentidos, tanto por parte del niño como de la madre.
Por ejemplo:
Una madre muy exigente cuya única meta es que su hija sea la mejor ( La más guapa de su clase, el que saca mejores notas, el mejor bailarín, etc). Vivirá para tener bajo presión y objetivos a “su hija ideal” basado en su expectativa por -ser la madre del hijo perfecto-.
Una hija que soñó con ser amiga de su mamá: Salir de compras, cocinar juntas, hacer cosas de chicas, etc, pero la realidad la golpea para reconocer que mamá es una autoridad, referente, una orientadora y cuidadora de por vida y por tanto no puede estar en la posición de una amiga del colegio por ejemplo.
Problemas de comunicación: La falta de comunicación efectiva o la incapacidad para expresar emociones suele generar malentendidos y resentimientos en la relación.
Ejemplos
Madre muy autoritaria que generalmente impone su opinión y decisiones sin previa comunicación al respecto o acuerdo entre ella y su hijo.
Madre no comunicativa que se guarda lo que siente, opina o hace. Pueden ser madres miedosas, vergonzosas, cohibidas, pudorosas, sumisas, etc.
Madre demasiado extrovertida que cuenta hasta lo más íntimo y personal a su hija.
Problemas emocionales o mentales: La salud emocional afecta la dinámica de la relación mamá/hijo y puede dar lugar a sentimientos de rechazo.
Ejemplos:
Madre narcisista.
Madre infantil donde quiere convertir a su hija en su propia madre y cuidadora.
Madre insegura y con gran falta de autoestima.
Madre manipuladora que siempre intentará hacerte sentir culpable.
Etc
Seguro que alguna te suena…
Madres Invasivas: Eventos o situaciones donde mamá a sobrepasado mis límites personales. Sientes que invade tu vida, tu privacidad, tu autonomía, tu espacio, generando tensiones, conflictos, rabia y rechazo.
Ejemplo:
Madre controladora
Madre “tengo consejo para todo” “debes hacer esto o aquello” “yo se lo que tu necesitas mejor que nadie”
Madre entrometida
Madre sobreprotectora: Excesivamente preocupada por la vida de sus hijos.
Etc.
Generalmente el rechazo hacia uno de tus progenitores te llevará a enfocar tu vida en ser “todo lo contrario a ellos”, en vez de en ser tú mismo. ¿Te suena “No quiero ser como mi madre”?
Es importante abordar estos sentimientos de manera saludable, para comprender las razones subyacentes y encontrar formas de manejar las emociones de rechazo de manera constructiva.
En los próximos artículos veremos varias formas efectivas de gestionar todo lo expuesto en el blog.
De igual forma, la terapia proporciona un espacio seguro para explorar estos sentimientos y trabajar hacia la reconciliación o, al menos, hacia una comprensión y aceptación más saludables de la situación.
La infidelidad, en el contexto de las relaciones románticas, implica la violación de la fidelidad o el compromiso establecido dentro de una relación monógama. Tradicionalmente, la infidelidad se ha asociado con la participación sexual o romántica de una persona con alguien que no es su pareja estable, aunque puede variar según las normas y los acuerdos establecidos en cada relación.
Recuerdo a Gabriel, un chico mallorquín que pasaba por mi sesión de Psych-k en Málaga en un viaje de placer que disfrutaba por la costa. Gabriel se sentía muy desorientado pues no sabía porqué desde hacía un año y medio estaba durmiendo muy mal. Nos pusimos a charlar sobre las experiencias que había vivido él ese tiempo atrás. Como era su trabajo, su salud, sus relaciones etc hasta que dimos con un sentimiento de “mala conciencia” por haber engañado a su pareja de toda la vida con una aventura pasajera de una noche. Después de trabajar ese evento y cambiar creencias sobre los conceptos que Gabriel tenía de sí mismo, su descanso nocturno se regularizó por completo.
La infidelidad genera una amplia gama de sentimientos en la persona que comete la traición. Algunos de los más comunes son los siguientes:
Rechazo por patrón familiar: Algunas personas se ven reflejadas en sus padres cuando han sido infieles, y esto les genera un rechazo hacia esa figura materna o paterna de quien han aprendido dicho comportamiento. Al fin y al cabo se están rechazando a ellos mismos.
Culpa: La culpa es un sentimiento frecuente ya que reconocen que ha violado la confianza y el compromiso establecido en la relación. Pueden sentir remordimiento por su acción y comprender el daño que han causado a su pareja y a la relación.
Suciedad: Muy común que la persona infiel sienta suciedad hacia sí misma, su comportamiento.
Vergüenza: La infidelidad puede generar sentimientos intensos de vergüenza en el infiel. Pueden sentirse avergonzados de sí mismos por haber actuado en contra de sus propios valores y principios, y por haber decepcionado a su pareja, su entorno y a sí mismos.
Angustia emocional: Es probable que también experimente una profunda angustia emocional, que puede manifestarse en forma de tristeza, ansiedad, confusión y arrepentimiento. La angustia emocional puede ser el resultado de la comprensión del dolor causado a su pareja y a la relación, así como de la confrontación con sus propios errores y decisiones.
Conflicto interno: Es muy común que provoque un conflicto interno intenso, debatiéndose entre el deseo de mantener la relación y el sentimiento de atracción o conexión que los llevó a ser infieles. Puede luchar con la culpa, el deseo de ser perdonado y la necesidad de abordar las razones subyacentes que llevaron a su infidelidad.
El individuo que ha sido engañado por su pareja experimenta una serie de emociones intensas y difíciles de manejar. Algunos de los más comunes son:
Dolor emocional: La sensación de traición y abandono por parte de su pareja puede resultar devastadora y generar una gran cantidad de sufrimiento y profundo dolor.
Ira y rabia: La traición puede provocar una reacción emocional poderosa, y la ira es una respuesta común ante el dolor causado por la infidelidad.
Autoestima, Desconfianza e inseguridad: La infidelidad puede minar la confianza en la relación y en uno mismo. La persona engañada puede sentirse insegura sobre su valía y cuestionar su capacidad para mantener una relación exitosa en el futuro.
Duda y culpa: Algunas personas pueden cuestionarse a sí mismas y culparse por la infidelidad de su pareja, incluso cuando no tuvieron ninguna responsabilidad en el engaño. Pueden preguntarse si hicieron algo mal o si podrían haber evitado la infidelidad de alguna manera.
Tristeza y depresión: Pueden sentir que han perdido la confianza y la conexión con su pareja, lo que puede llevar a sentimientos de depresión y desesperanza.
Ansiedad y miedo al abandono: Es normal sentir miedo a que su pareja vuelva a ser infiel o que la relación llegue a su fin. La infidelidad genera temor a ser abandonado o reemplazado por otra persona.
Confusión, incredulidad y shock: Descubrir una infidelidad puede ser impactante y abrumador. La persona engañada puede sentirse confundida acerca de los motivos detrás del engaño, le puede costar creer que sea realidad y sobre cómo manejar la situación.
Afrontar una infidelidad puede ser un proceso emocionalmente complejo, y es crucial buscar apoyo y ayuda adecuada, como la terapia de pareja o terapia individual, para procesar los sentimientos y tomar decisiones informadas sobre el futuro de la relación.
Isabel era una joven de ventipocos años que vino a mi consulta de reprogramación en Madrid alegando que sentía que ella no era suficiente para sus parejas pues todos la engañaban con otras chicas.Recuerdo que era una joven muy dulce, inteligente, respetuosa e increíblemente guapa, lo cual hizo directamente en mi cabeza la pregunta: ” ¿Qué o quién te alentó, y por qué, has comprado la creencia de que “no eres suficiente? Yo no veo más que belleza dentro y fuera de ti “.
Estuve unas pocas sesiones con Isabel trabajando su autoconfianza y poder personal. Reestructuramos todas sus bases emocionales, creencias de autoestima así como herramientas internas, hasta que la confianza en sí misma estuvo a niveles muy altos.Unos 8 meses después me escribió que tenía un novio fabuloso y que estaba muy feliz. Hace una año me mandó una foto del bebé que había tenido.
Estas experiencias son las que me impulsan siempre, a creer en todas y cada una de las personas que llegan a mí, porque todas son como Isabel, pequeñitas cuando entran por la puerta e inmensas cuando se van.
Algunas de las soluciones que puedes llevar a cabo ante una infidelidad son:
Comunicación abierta: Habla con tu pareja sobre lo sucedido. Expresa tus sentimientos, preocupaciones y preguntas ayudará a obtener una mejor comprensión de lo ocurrido y de las motivaciones detrás de la infidelidad. La comunicación abierta y honesta es fundamental para decidir qué camino deseas seguir a partir de ahora.
Terapia individual o de pareja: La terapia siempre es un espacio seguro para explorar los problemas subyacentes en la relación y trabajar en la reconstrucción de la confianza. El terapeuta puede ayudar a entender y procesar tus emociones, así como a cambiar creencias que te limitan, sanar heridas y desarrollar estrategias para superar la infidelidad.
Reflexiona sobre tus necesidades y límites: Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus propias necesidades y límites en la relación. Evalúa si deseas continuar la relación o si la infidelidad ha provocado un daño irreparable en la confianza. Recuerda que la decisión final sobre el futuro de la relación es tuya pero se muy honesto contigo mismo y enfrenta el “desde donde” deseo mantener o no la relación.
Establece límites y expectativas: Si decides continuar con la relación, es importante que establezcas límites claros y expectativas mutuas para reconstruir la confianza. Esto puede incluir acuerdos sobre la comunicación, la transparencia y la fidelidad en el futuro. Establecer límites y expectativas puede ayudar a restablecer la seguridad y el compromiso en la relación.
Toma tiempo para sanar: La infidelidad puede tener un impacto emocional duradero, por lo que deberás permitirte tiempo para sanar y procesar tus emociones. Busca el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental para ayudarte en este proceso. El autocuidado y la atención a tus propias necesidades emocionales son esenciales durante esta etapa.
Considera la posibilidad de separarte: Si la infidelidad ha dañado irreparablemente la confianza y no puedes imaginar una reconciliación, puede ser necesario considerar la posibilidad de una separación o divorcio. Esta es una decisión personal y única para cada individuo, y solo tú puedes determinar lo que es mejor para ti a largo plazo.
Trabaja miedos a futuro: Es probable que esta infidelidad haya despertado en ti miedos a futuras relaciones, de modo que no esperes más y desde ya ponte a recuperar la confianza en la pareja y la relaciones desde dentro tuyo.
Recuerda que no hay una solución única para todas las situaciones, y cada relación es diferente.
Confiar en tu intuición, y no en tu mente, será esencial.